En la noche

BIENVENIDOS A MI BLOG

Como pueden imaginarse, este blog es una extensión de lo que soy, asi que habrá risas a montones, momentos de reflexión, aportes, cuentos sobre todas mis vivencias, pasadas - presentes y espero que las futuras que se hagan presentes, jajajajajaja, esto del tiempo es muy relativo !.

Espero que les guste, que les ayude y que se animen a participar, hagan comentarios o escríbanme a mi dirección de correo (HgVivencias@gmail.com), para intercambiar ideas, hacer preguntas, para que sigamos creciendo como personas, como parte de todo este maravilloso universo.

Gracias a mis seguidores !!!!, gracias a todos los que ya han comentado !!!, en el blog o en mi correo o personalmente, es realmente muy agradable recibir sus comentarios positivos.

!BIENVENIDOS TODOS!.


jueves, 26 de septiembre de 2013

Mi experiencia con el seguro social


Bueno, ¿Qué les puedo decir?..... Muchas lunas sin escribir hasta que me tocó vivir la experiencia del día de hoy, la cual me motivó para sentarme a escribir como medio de escapar al aburrimiento del reposo médico. En mi país se dice que a cada cochino le llega su sábado y después de 54 años de vida, me llegó el momento de pasar por el seguro social a consultar por una simple rinitis alérgica.
La travesía fue por demás interesante, los sucesos ocurridos no me los esperaba pero, mejor contar la historia desde el comienzo, ya que como siempre, tengo un análisis que hacer.

Cómo ya les dije, nunca he utilizado el seguro social en ningún lugar donde he estado, siempre he pagado mi médico privado (manías que uno hereda, por decir algo) y además, dadas mis características como trabajador “workaholick” mis diferentes empleadores jamás me han descontado ni un minuto de ausencia, fuera esta por enfermedad o por diversión, pero ahora, no estoy en mi medio natural y son diferentes lugares, diferentes costumbres, diferentes formas de pensamiento y vida, diferentes tiempos; cómo ya dije, siempre hay una primera vez para todo y así terminé viéndome obligada a usar la medicina pública para evitar el descuento de un día de trabajo o dos.

En fin, hoy jueves comenzó normalmente, yo muy bien abrigada y dispuesta como siempre a disfrutar de un nuevo día, sin embargo, las fuerzas del universo me tenían preparada otra historia y diez minutos después de iniciar mi hora de trabajo, se desencadenó una alergia increíble, más rápido que decir “alergia” la nariz se tapó totalmente, los ojos comenzaron a lloriquear y por supuesto, el dolor en la cara y  la cabeza se iba incrementando más rápido de lo que yo quisiera. Los que han padecido de alergias, rinitis, sinusitis o afines saben de lo que hablo, ¡desafortunadamente! para ellos….. y para mi. Todo esto estaba aderezado con los estornudos y la nariz llorona, ¡ por supuesto ¡….

Ya eran las 10:30 de la mañana y la cosa iba empeorando así que ante la pregunta de ¿por qué no te vas a tu casa?, seguida del recuerdo del momento en que me informaron que se me descontarían los días de ausencia  por salud si no hay comprobante médico, decidí ir al seguro social ya que después de años y años de experiencia se que mi alergia se pasa en un día si estoy en cama calentita pero las consecuencias duran una eternidad si no cumplo con sus reglas, es por esto que siempre me verán envuelta en una bufanda que protege mi cuello y mi pecho evitándome horas de angustiosa lucha contra la alergia, sin embargo, hoy…….. tatata taaaaaaannnnnnnn…. los habitantes del Olimpo decidieron jugarme una treta.

En fin, me dirigí a la atención “de primer nivel”, el ebais, que me corresponde y en contra de todos los pronósticos, siendo las 10:55 am me dijeron que tenía cita a las 11, es decir, cinco minutos después de mi llegada al centro médico (dentro de todo, los Dioses me acompañan, no se si es que soy el bufon de la corte o qué). Unos minutos después de las 11 fui atendida por la Doctora Karol una amable joven que después de preguntar varias cosas me dijo que definitivamente tenía yo razón y era una reacción alérgica violenta así que me mandó una inyección ¡intramuscular! (HORROR, el Olimpo debía estar en hora de almuerzo) y tres medicamentos más. Por supuesto, nada más salir y mientras yo hacía fila para que me sellaran los papeles que me permiten, al parecer, conservar mi salario bastante completo, retirar medicamentos recetados y decirle al mundo que pasé por la salud pública, apareció un amable enfermero que me informó ser el responsable de inyectarme.
Mientras caminaba siguiendo al enfermero peleaba conmigo misma convenciéndome de que ya soy una mujer madura, que una inyección no es el fin del mundo y que debo relajarme mientras me limpian una nalga y me pinchan; debo decirles que la lucha interna es fuerte, muy dura, el hecho de inyectarse es definitivamente aterrador y lo peor es que ya el abuelo no está conmigo para que me abrace y me diga “ya pasa pequeña” mientras sufro la tortura del pinchazo.

En fin, continuando con el relato, sigo peleando conmigo misma para mantener mi cuerpo relajado y no llorar como bebé delante de un chico que podría ser mi hijo, casi casi mi nieto…… Nuevamente, los pronósticos fallaron, ni siquiera  me di cuenta de que me pincharon, fue simplemente ¡ GENIAL ¡, aunque lo más genial fue que, pasados cinco minutos mi nariz pudo ser utilizada a plenitud nuevamente y tanto la cabeza como el rostro ya eran de mi propiedad. Por supuesto, estuve a punto de comerme al enfermero a besos pero mientras extendía mis brazos caminando hacia el chico pensé que si me veían hacer eso,  terminaría con camisa de fuerza en el manicomio del seguro social, así que me comporté como una dama seria y di las gracias, simplemente elogiando su buena mano para las inyecciones…..

Vuelta a hacer fila para que la responsable administrativa me sellara los papeles y me informara que en ese centro de salud no hay farmacia, enfrentándome a dos opciones: dejar la receta y retirar los medicamentos al día siguiente o ir a otro centro de salud donde hubiese farmacia a buscarlos inmediatamente. Erróneamente pensé que si tenía crisis alérgica en el día de hoy, mejor era tomar los medicamentos hoy, así, animada por el trato recibido en este centro, le pedí la  información sobre el lugar cercano donde podía retirar los medicamentos.

Mientras hacía esto, las voces de mis compañeros de trabajo, duchos en estas lides, sonaban en lo más profundo de mi cabeza….. sus comentarios, afirmaciones, referencias y demás me perseguian como una pesadilla, pero como todos los pronósticos habían sido errados hasta el momento, pensé que mi suerte continuaría acompañándome por el resto del trámite burocrático en el sistema de salud.

Rauda y veloz, pase por mi trabajo a informar que me habían “INCAPACITADO” (por si fuera poco el malestar físico me definen como “incapacitada”) por dos días y me dirigí al centro donde me enviaron a buscar las medicinas. Los Dioses habían regresado del almuerzo así que el bus no tardó más de cinco o diez minutos por lo que llegue al siguiente “centro de salud” cerca de la 1:15 de la tarde por lo que tuve que esperar hasta las 2:00 pm para que abrieran el reparto de medicinas, momento en el cual me informaron que ellos no entregaban medicamentos, que tenía que dirigirme a otro centro de salud (recuerden el dicho: a cada cochino le llega su sábado).
Como todas las tardes invernales, a las 2 pm comenzó el super aguacero torrencial a lo "Tormenta Perfecta", gracias al Señor sin viento, así que una hora y media después yo aún estaba en la parada de autobuses, son techo ni asientos, con los zapatos llenos de agua fría y los pantalones de mezclilla empapados hasta la rodilla, lo más aconsejable para los alérgicos y asmáticos (creo que  en el Olimpo todos se retiran a sus aposentos en días de lluvia torrencial, excepto Zeus que rondaba por los alrededores). El bus seguía sin pasar, el aguacero arreciaba y el dolor de cabeza que había desaparecido volvía al ataque junto con la nariz llorosa cuando, de pronto, por clemencia divina, me percaté que a lo lejos venía un bus…….. en dirección contraria  a los medicamentos (pequeñísimo detalle) pero en la dirección exacta para retornar a casa a meterme en cama; como pueden imaginarse, decidí no seguir pasando frio para escapar a un “gripe asmática” en la medida de lo posible; como les dije, 50 años de padecer de lo mismo ya uno tiene suficiente experiencia y suficiente cerebro para saber las consecuencia de lo que se vive, aunque algunas personas estén convencidas de que no es así.

En fin, el día fue interesante, ya tengo dolor de garganta que pienso combatir con el remedio de mi abuela: leche caliente con un buen chorro de buen ron y un buen chorro de buena miel para introducirme entre las cobijas, abrigada hasta la coronilla para pasar un calor apropiado para que mañana me sienta como nueva al mismo tiempo que toreo la gripe como si fuese “La Cordobesa”.

Por cierto, para quienes no lo saben, lo peor de la gripe lo sufre el engripado…… ¡no, no se rían!, hay muchos seres vivos que piensan que uno vacila con semejante malestar, como si el dolor de cuerpo, la mucosidad invadiendo las fosas nasales y los bronquios, el dolor de espalda y pecho por el esfuerzo requerido para que el aire entre en los pulmones, la presión en el rostro y el cráneo y demás detalles no apetecibles fueran divertidos, deseados o una mezcla de ambas cosas…. Jajajajajajajajajajaja. Por si fuera poco, mi dulce sangre española, heredada de mis dos padres, mis abuelos y demás antecesores unida a mi educación venezolana, hierve cuando me siento mal, detesto sentirme enferma y pasar el día en cama, “aunque usted, no lo crea” como decía Ripley.

Cómo les había amenazado con un análisis, cumpliré mi amenaza:

-          Alergia sin pasar por el seguro social: Un día de reposo en cama, inversión de 1000 pesos en dos pastillas, cero inversión en transporte público, cero riesgo de contraer gripe, cero filas, cero espera.


VERSUS


-          Alergia pasando por el seguro social: Dos días de “incapacidad” el primero de los cuales se pasa haciendo diligencias (en el peor momento de una crisis alérgica), inversión de 990 colones en transporte público hoy + otros 990 colones de transporte público mañana, mojada inevitable bajo la lluvia esperando el bus hoy (no sabemos mañana), 1000 colones en las dos pastilla de la alergia que debo comprar a falta de los medicamentos del seguro, oraciones al santísimo y demás seres protectores para que no me de una gripe asmática que me mantenga en cama con viajes al hospital para nebulizaciones.

En resumen, a mi, en mi total ignorancia de la economía empresarial mundial, me sale mejor el primer caso particularmente porque soy la enferma, la que sufre los dolores, la falta de aire, la picazón en toda la cara,  etc etc etc….. pero al patrono le sale mucho mejor que a mi, solo falto un día al trabajo medicándome con lo mismo que ya me he medicado por 10 años y que se que me resulta excelente en un día, mientras que con  el segundo caso, son mínimo dos días “incapacitada” y si me da fiebre tengo que comenzar el periplo nuevamente para que me declaren “incapacitada” por más tiempo (órdenes del doctor).


Conclusión: MI NO COMPRENDE

Realmente creo que el seguro social es una de las cosas menos sociales del planeta, creo que debe ser igual en todas partes, hablo de latino américa que es lo que medio conozco, por lo que escucho, por lo que comparte la gente que ha tenido que usar seguro social toda su vida, no importa el país de procedencia ni el de residencia. Yo considero que por muy mal que yo me sentía, estaba mejor que una señora de 80 años con artritis en época de invierno; o un niño con dengue, mejor que cualquier humano con dolor, con fiebre, con enfermedad y aún así es ENFERMANTE; filas, paseos, informaciones erróneas, esperas y de nuevo: YO tenía a los Dioses de mi lado la mayor parte del tiempo, así que me fue super bien en esta vivencia de hoy, ¡THANK YOU LORD!, obtuve una cita cuando todos aseguraron que era imposible, me atendieron en diez minutos cosa que también parecía imposible, la mayoría de las personas con las que me topé fueron educadas y amables, en resumen, por todas estas cosas debo dar gracias.

No me queda más que enfrentar el siguiente inevitable reto: pasar el resto del día de hoy y todo el día de mañana metida en la cama (EXCEPTO POR EL PASEO A BUSCAR MEDICAMENTOS), eso ¡si va a ser una buena lucha!, detesto pasar el día en cama.

En fin, una vivencia más para comentar y recordar…. Nos vemos en la próxima.

 PD: Actualización del estado = después de dos tes de la receta mágica de la abuela, que a falta de ron se preparo con buen wiskey Glenfidish 12 años, la garganta está mejor, voy a preparar el tercero….. ¡ por un mañana saludable ¡… OJO, aún no estoy borracha, “aunque usted, no lo crea”….
Hg
(Nota: imágenes de Word - imágenes predefinidas)

viernes, 25 de enero de 2013

Mi práctica de yoga ! qué flexibilidad la mia !


Recuerdo aquellos hermosos años (entre mis 20 y  mis 35) en que tenía un cuerpazo, hacía mucho ejercicio, practicaba con frecuencia “streching postural” y me deslizaba por la vida espantándome a los chicos como con matamoscas, ganaba un dinero que me alcanzaba para lo que quería y que derrochaba a mis anchas, cuando quería, como quería y donde quería mientras mi madre me decía con una frecuencia asombrosa, que debía ahorrar para mi vejez, debía sentarme derecha para no sacar barriga ni lesionarme la columna y que era mejor acostarse temprano para que no se presentaran las arrugas. Una época en la que nada me daba miedo, pensaba que yo sola podía contra el mundo y que aquello de la gordura, los calores menopáusicos y los dolores articulares solo le pasaban a mi amada tía y a mi amada abuela (equivocación que se refleja en mi publicación de mayo del 2011 “Los estragos de la edad”).

Después de los 35 seguí disfrutándome mi vida como quise, solo que comencé a comer como si la comida se fuera a acabar y compartía más tiempo con mi pareja que en las actividades anteriores. Por supuesto, el cambio se vio en mi figura…..

Así poco a poco y concentrada en el día a día fueron pasando los años y llegué a la edad de las cuarentonas pasaditas… pisando los cincuenta….. Jajajajajajajaja… ¡Edad maravillosa!,  terminando en la era de las cincuentonas.

Pero seamos sinceras, para alguien que hizo mucho ejercicio, pasar más de 10 añitos haciendo la cuarta parte es simplemente ¡ FATAL ¡, la ingesta de las tan mencionadas y mal utilizadas calorías sigue igualita o aumentando, mezclada con un gasto de ellas que va en picada acelerada, todas, pero ABSOLUTAMENTE TODAS, se quedan depositadas en mis muslos, mis caderas, mi zona abdominal (para no decirle ordinariamente PANZA), y por supuesto en una zona antes hermosa, mis senos; para qué mencionar los brazos y “los rollitos” de la espalda, superior e inferior…… ¡Oh calorías ¡, ¿ será que no tienen otro lugar a donde marcharse ?.
!Claro!, como camino con frecuencia, siento que mi cuerpo sigue siendo el mismo, el espíritu sigue inalterado, sintiéndose de 20 hasta que se me ocurre comenzar a practicar yoga. ¡ Por Dios ¡, tenía muchas lunas sin hacer “Streching” y estúpidamente creí que nada había cambiado, hasta que escuché a mi agradable profesor decir “están es la posición del perro”, “eleven la pierna derecha”, “pasen la pierna derecha entre las manos”, “espalda recta y las palmas totalmente en el suelo” y yo….. ¿qué puedo decir?, me sobraban como 20 centímetros de “panza” y otros 10 centímetros de piernas para que mi muslo me permitiera colocar la palma de las manos en el suelo…… Por mi mente se deslizaban las frases de “cuando se me encogieron los brazos”, “cómo se me encogieron y no me di cuenta”, “debo ir al doctor”, mientras trataba por todos los medios de seguir respirando. No les puedo contar los momentos que pasé luchando en absoluto silencio, rezándole a todos los santos conocidos que acomodaran la masa sobrante para no pasar pena en el grupo y que mis manos llegaran al suelo, comenzaba a sentir que la pierna estirada no podía con “el exceso de estiramiento, el exceso de peso, el exceso de falta de ejercicio”…. mientras escuchaba “la posición debe ser siempre cómoda”… ¡COÑO!, ¿cómo se logra eso ???, ¿Dónde hay un cirujano plástico que me opere en este instante???. Por primera vez me sentí extra obesa y acepté que no quiero seguir así.

Finalmente, me di cuenta de que NADIE iba a reacomodar lo que sobraba, mis brazos no se alargarían hasta el suelo y discretamente, intentando que nadie lo notara, puse mi pie derecho lateral a la mano derecha, ¡JA!, ahora mis palmas tocaban el suelo y ya no sentía en absoluto los dedos de la pierna izquierda, jajajajajaja, estirada elegantemente hasta el punto de contractura. Ya podía respirar y sentir que mi espalda podía contracturarse cuando quisiera. ! JO ¡, ¡qué flexibilidad!. En ese momento escuché la frase que más me agrado “relájense, estiren la pierna hacia atrás y vuelvan a la posición del niño”…… por DIOS,  sobreviví a mi primer encuentro con esta postura, previa al “guerrero”, claro, si uno sobrevive a la batalla llegará a ser un gran guerrero…… en fin, colocada en la posición del niño ya podía respirar y trataba de relajarme hasta que escuché “vuelvan a los cuatro apoyos”, ¡casí me da algo!, vuelta a empezar la pelea con la masa sobrante y el estiramiento muscular mientras intento que el aire penetre en mis pulmones y el universo me nutra.

En fin, así fue pasando la clase entre una postura y otra, con ratitos de descanso en los que, desde la posición del niño soñaba con estirarme hasta “la muerta boca abajo”…. cosa que no pasaba ya que después de “el niño” viene alguna otra pose extraordinaria de estiramiento absoluto y respiraciones profundas en la que absolutamente todo mi cuerpo me reclama a gritos mi abandono total y me exige la pérdida de grasa corporal.

Definitivamente, lo que se hace en esta vida se paga en esta vida y el cuerpito me está pasando factura, reclamando por todas aquellas espectaculares parrillas, deliciosas tortillas de papas, exquisitos callos madrileños, buenas milanesas con papas fritas, hallacas navideñas, pan de jamón, quesos exquisitos y demás delicias unidas a la falta de ejercicio.

Seguiré en mi clase de yoga porque realmente me siento muy bien, tengo la esperanza de que lo que sobra sea eliminado y pueda disfrutar de cada postura como se debe, respirando con tranquilidad. Voy redescubriendo cada uno de mis músculos, los estoy recuperando a todos y por supuesto las articulaciones ya no me duelen tanto, mis respiración mejora y recupero la buena postura al sentarme y al caminar. Lo más impactante, prueba palpable de que el tiempo ha pasado, ya no me mato de risa por mis deficiencias, interrumpiendo a toda la clase con mis sonoras carcajadas, aunque me rio a montones dentro de mi, hay que tomarlo muy seriamente y con alegría ¡ digo yo ¡.

Yoga … ¡ Excelente vivencia !

Hg

jueves, 24 de enero de 2013

Vivencias con el odontologo


Nuevamente mis experiencias y yo expresándonos por medio del blog, ¿qué puedo decir?.

Mi día comenzó con el estrés característico de saber que tenía una cita en el odontólogo, me iban a curar una “calza” “caries” o como quieran llamar a este espantoso mal; realmente no la iban a curar porque ya hace un mes la curaron, pero como medio de prevenir, entre otros, mi odontólogo me colocó una pasta blanca temporal para asegurarse de que todo iba a estar bien antes de cerrar permanentemente la muela.

Bueno, me armé de paciencia… ¡y de valor!…. y me levante animándome a mi misma para vencer el reto de sentarme en la silla de los tormentos y terminar con este tratamiento. No puedo evitar recordar que desde niña el odontólogo y yo nos hemos visto con mucha frecuencia, a pesar de todos mis esfuerzos mis dientes no son en absoluto agradecidos y permanentemente me han dado problemas. Aunque con el paso del tiempo los problemas han ido cambiando, continúan siendo un fastidioso dolor de cabeza.

Bien, llegue a la consulta y mi simpático doctor me recibe como siempre con una amplia sonrisa y un saludo amable lo que me hace bajar la guardia ante lo que estar por venir, jajajajajajaja…… mientras me distrae con la sonrisa, me sienta en la silla de las torturas y yo, inocentemente me reclino allí entregándome sin chistar.

Entonces comienzan las típicas ordenes de abre la boca, abre más y mientras tengo mi boca bien abierta comienzan las preguntas y las respuestas dirigidas a distraer la atención del sufriente y cuyas respuestas  solo un odontólogo entrenado puede comprender, porque desde luego, hablar con la boca abierta mientras la lengua se encuentra amenazada por alguna herramienta extraña no es nada fácil…..  creo que mi odontólogo tienen un traductor muy eficiente, única forma de poder comprender exactamente lo que digo mientras él sigue observando mi cavidad bucal.  Cosas como “ien, jiji a la aya, i ejojo jeliz… y u e ijiste? Se traducen en “bien, fui a la playa, mi esposo feliz y tu qué hiciste?, para seguir con los  “o e uele…. O e olesta ada…. Ji ejo creo…. Ji ji ai ej…. Ejo uele ucho….” que se convierten en un no me duele, no me molesta nada, si eso creo, si si allí es, eso duele mucho…… jajajajaja, mágicamente él comprendió lo que dije y procede a plantearme las soluciones.

En fin, todo va bastante bien hasta que me informa que la solución tiene un costo de xxx.xxx,oo; COÑO!!!!, me tiro de la silla como si tuviera un cohete en la espalda y corro desenfrenadamente alrededor del consultorio con los pelos parados y un ataque de “cómo voy a pagar eso”, como si con ello pudiese escapar de la inversión que debo hacer en UNA muela para lograr seguir comiendo carne.

Mientras camino a casa voy pensando si el hecho de ser 100% carnívora obliga a mi odontologo a ofrecer soluciones de este tipo, esas soluciones que no me agradan pero a las que no puedo decir que no con miras a mantener mi dentadura en condiciones para poder comer lo que me gusta... o tal vez es el medio para obligar a un carnivoro a volverse vegetariano o algo similar. Debe ser algo así como cuando el médico general pregunta a qué te dedicas para luego continuar con un "si, ese dolor que siente es la deformación propia de los movimientos que hace en su profesión"... ¿ por qué en los famosos panfletos de carreras no incluyen un aparte que explique los daños musculares y oseos que sufrirá el profesional al dedicarse a semejante profesión?.
Bueno!, realmente no se si lo que me causa mayor pánica es el molesto sonido de las máquinas, el olor irritante de las gomas, desinfectantes, masillas y demás materiales reparadores, el dolor ante las agujas de anestesia, las perforaciones de esmalte, etc etc, o el dolor de mi bolsillo ante el inevitable elevado pago que tengo que hacer. En fin, dicen que la belleza duele, pero realmente, creo que duele más la afición a la carne.

Voy a seguir acumulando vivencias,…. Nos vemos en la próxima.

 Hg enero 24, 2013

 

sábado, 19 de enero de 2013

Una amiga especial con una magia especial


Como sucede en todas las profesiones, en esta que me ocupa me encuentro con colegas de todo tipo, con seres humanos de todas las calidades con niveles diferentes de creatividad, con experiencias diferentes, con mensajes distintos para mi y para todos. Así es como Nat entró en mi vida, así es como comenzamos a compartir un camino que hasta ahora me ha traído muchas satisfacciones.

Las piezas de Nat me entusiasman, me hacen reir, me hacen pensar…… su diseño es sencillo, el amor que le pone a cada cosa que hace es palpable, verla trabajar es un placer.

Así es como, inevitablemente, siento la necesidad de lucir una de sus piezas, la necesidad de honrar su trabajo. Tenía tiempo queriendo comprar una, pero entre una cosa y otra nunca había dicho “esta”….. todas me gustan pero hasta ahora, no le había pedido ninguna en especial. De pronto y sin pensarlo mucho, veo una foto de una pieza que me encantó, un dije, claro que debo reconocer que los amonites ejercen una atracción especial; su forma, los colores y sus tonos, ¿qué puedo decir?.... simplemente ME ENCANTAN ¡. Llegó a mi página de facebook y una corriente eléctrica pasó a través de mi …. “LA QUIERO!”…. ¡ ESA TENIA QUE SER MIA !!!..... así que rauda y veloz le escribí, no quería perder la oportunidad, tenía que ser la primera en pedir la pieza, así que active la opción de mensajes y “CUANTO CUESTA????? COMO PAGO???... ¡ MANDALA !!!!”.

Por supuesto, como vive del otro lado del planeta, yo tenía que esperar hasta que ella despertara y revisara sus mensajes…. OH DIOS ¡, qué angustia!, pasan las horas y aún no sabía si había llegado  a tiempo ¡….. Espera y espera y espera hasta que por fin veo el tan esperado 1 en la página…. ¡QUE EMOCION!... la respuesta era afirmativa, la pieza sería mía, ahora solo esperar que llegue a mis manos, de nuevo, la espera, que se hace eterna para el que espera, que parece que nunca va a acabar, que se hace interminable por más días que pasen. En fin, no tenía más remedio que !ESPERAR!.....

Por fin llegó, por fin veo el sobre con el remitente que esperaba….. Tomé el sobre entre mis manos y emocionada lo miraba buscando por donde abrirlo…. Jajajajajaja….. cómo si el sobre fuera ¡ tan importante ¡, finalmente decido romper aquello y acceder a la cajita, ya está, ante mis ojos la hermosa pieza tan esperada…….

Los colores y el brillo del amonite son hermosos, el trabajo del metal me encanta, el pulido de los bordes, la forma en la que el amonite se mantiene… todo me gusta….. Por supuesto de inmediato lo colgé en mi cuello y me dispuse a ir a clase.

Me sentía totalmente feliz con esa pieza colgando de mi cuello pero más satisfacciones me esperaban. Al entrar a clase, por supuesto, mostré la pieza a mi señorito maestro quien inmediatamente reconoció a la autora….. Así es, ¡ su marca está en cada cosa que hace ¡.

Ahora, a disfrutarla y para que comprendan de qué hablo, aquí les dejo una foto….



 



viernes, 4 de enero de 2013

Lo que se habla no es siempre lo que se interpreta..... Para reirse un rato

Este cuento me llegó ya no recuerdo cómo, me hizo reir y además me trajo recuerdos; en fin.... ! Disfrútenlo !

Eran dos pescadores, hermanos gemelos, uno soltero y el otro casado.

El soltero tenía una lancha de pesca, ya vieja, que era la herramienta con la que lograba su sustento.
Un día, muere la esposa del hermano casado y, como las desgracias no vienen solas, la lancha del hermano soltero se va al fondo del mar.

Una viejecita del pueblo, curiosa y metiche, va a darle el pésame al viudo pero confunde a los gemelos y se dirige al que ha perdido la lancha.
- Recién me entere. ¡Qué pérdida enorme! Debe ser terrible para ti.

- Si, estoy destrozado, pero es preciso enfrentar la realidad. Debo reconocer que estaba ya vieja. La rajadura de adelante estaba tan grande que ya no había con que llenarla y el agujero de atrás se agrandaba más, cada vez que la usaba. Además estaba deformada al medio y no se le podía quitar el olor a pescado. La parte de atrás estaba bastante caída y las curvas de adelante casi habían desaparecido. Pero yo me siento culpable porque se la prestaba a cuatro amigos para que se divirtieran; les pedí que la usaran con cuidado, pero se montaron los cuatro a la vez y ella no aguanto. *

*A la viejita, muerta de un infarto, la enterraron al otro dia.*