Bueno, ¿Qué les puedo decir?..... Muchas
lunas sin escribir hasta que me tocó vivir la experiencia del día de hoy, la
cual me motivó para sentarme a escribir como medio de escapar al aburrimiento
del reposo médico. En mi país se dice que a cada cochino le llega su sábado y
después de 54 años de vida, me llegó el momento de pasar por el seguro social a
consultar por una simple rinitis alérgica.
La travesía fue por demás
interesante, los sucesos ocurridos no me los esperaba pero, mejor contar la
historia desde el comienzo, ya que como siempre, tengo un análisis que hacer.Cómo ya les dije, nunca he utilizado el seguro social en ningún lugar donde he estado, siempre he pagado mi médico privado (manías que uno hereda, por decir algo) y además, dadas mis características como trabajador “workaholick” mis diferentes empleadores jamás me han descontado ni un minuto de ausencia, fuera esta por enfermedad o por diversión, pero ahora, no estoy en mi medio natural y son diferentes lugares, diferentes costumbres, diferentes formas de pensamiento y vida, diferentes tiempos; cómo ya dije, siempre hay una primera vez para todo y así terminé viéndome obligada a usar la medicina pública para evitar el descuento de un día de trabajo o dos.
En fin, hoy jueves comenzó normalmente, yo muy bien abrigada y dispuesta como siempre a disfrutar de un nuevo día, sin embargo, las fuerzas del universo me tenían preparada otra historia y diez minutos después de iniciar mi hora de trabajo, se desencadenó una alergia increíble, más rápido que decir “alergia” la nariz se tapó totalmente, los ojos comenzaron a lloriquear y por supuesto, el dolor en la cara y la cabeza se iba incrementando más rápido de lo que yo quisiera. Los que han padecido de alergias, rinitis, sinusitis o afines saben de lo que hablo, ¡desafortunadamente! para ellos….. y para mi. Todo esto estaba aderezado con los estornudos y la nariz llorona, ¡ por supuesto ¡….
Ya eran las 10:30 de la mañana y la cosa iba empeorando así que ante la pregunta de ¿por qué no te vas a tu casa?, seguida del recuerdo del momento en que me informaron que se me descontarían los días de ausencia por salud si no hay comprobante médico, decidí ir al seguro social ya que después de años y años de experiencia se que mi alergia se pasa en un día si estoy en cama calentita pero las consecuencias duran una eternidad si no cumplo con sus reglas, es por esto que siempre me verán envuelta en una bufanda que protege mi cuello y mi pecho evitándome horas de angustiosa lucha contra la alergia, sin embargo, hoy…….. tatata taaaaaaannnnnnnn…. los habitantes del Olimpo decidieron jugarme una treta.
En fin, me dirigí a la atención “de
primer nivel”, el ebais, que me corresponde y en contra de todos los
pronósticos, siendo las 10:55 am me dijeron que tenía cita a las 11, es decir,
cinco minutos después de mi llegada al centro médico (dentro de todo, los
Dioses me acompañan, no se si es que soy el bufon de la corte o qué). Unos minutos después de las 11 fui atendida por la
Doctora Karol una amable joven que después de preguntar varias cosas me dijo
que definitivamente tenía yo razón y era una reacción alérgica violenta así que
me mandó una inyección ¡intramuscular! (HORROR, el Olimpo debía estar en hora
de almuerzo) y tres medicamentos más. Por supuesto, nada más salir y mientras
yo hacía fila para que me sellaran los papeles que me permiten, al parecer, conservar
mi salario bastante completo, retirar medicamentos recetados y decirle al mundo
que pasé por la salud pública, apareció un amable enfermero que me informó ser
el responsable de inyectarme.
Mientras caminaba siguiendo al
enfermero peleaba conmigo misma convenciéndome de que ya soy una mujer madura,
que una inyección no es el fin del mundo y que debo relajarme mientras me
limpian una nalga y me pinchan; debo decirles que la lucha interna es fuerte,
muy dura, el hecho de inyectarse es definitivamente aterrador y lo peor es que
ya el abuelo no está conmigo para que me abrace y me diga “ya pasa pequeña” mientras
sufro la tortura del pinchazo.
En fin, continuando con el relato,
sigo peleando conmigo misma para mantener mi cuerpo relajado y no llorar como
bebé delante de un chico que podría ser mi hijo, casi casi mi nieto……
Nuevamente, los pronósticos fallaron, ni siquiera me di cuenta de que me pincharon, fue
simplemente ¡ GENIAL ¡, aunque lo más genial fue que, pasados cinco minutos mi
nariz pudo ser utilizada a plenitud nuevamente y tanto la cabeza como el rostro
ya eran de mi propiedad. Por supuesto, estuve a punto de comerme al enfermero a
besos pero mientras extendía mis brazos caminando hacia el chico pensé que si
me veían hacer eso, terminaría con
camisa de fuerza en el manicomio del seguro social, así que me comporté como
una dama seria y di las gracias, simplemente elogiando su buena mano para las
inyecciones…..
Vuelta a hacer fila para que la
responsable administrativa me sellara los papeles y me informara que en ese
centro de salud no hay farmacia, enfrentándome a dos opciones: dejar la receta
y retirar los medicamentos al día siguiente o ir a otro centro de salud donde
hubiese farmacia a buscarlos inmediatamente. Erróneamente pensé que si tenía
crisis alérgica en el día de hoy, mejor era tomar los medicamentos hoy, así, animada
por el trato recibido en este centro, le pedí la información sobre el lugar cercano donde podía
retirar los medicamentos.
Mientras hacía esto, las voces de
mis compañeros de trabajo, duchos en estas lides, sonaban en lo más profundo de
mi cabeza….. sus comentarios, afirmaciones, referencias y demás me perseguian como una pesadilla, pero como todos los pronósticos habían sido errados hasta el
momento, pensé que mi suerte continuaría acompañándome por el resto del trámite
burocrático en el sistema de salud.
Rauda y veloz, pase por mi trabajo
a informar que me habían “INCAPACITADO” (por si fuera poco el malestar físico
me definen como “incapacitada”) por dos días y me dirigí al centro donde me
enviaron a buscar las medicinas. Los Dioses habían regresado del almuerzo así
que el bus no tardó más de cinco o diez minutos por lo que llegue al siguiente
“centro de salud” cerca de la 1:15 de la tarde por lo que tuve que esperar
hasta las 2:00 pm para que abrieran el reparto de medicinas, momento en el cual
me informaron que ellos no entregaban medicamentos, que tenía que dirigirme a
otro centro de salud (recuerden el dicho: a cada cochino le llega su sábado).
Como todas las tardes invernales, a las 2 pm comenzó el super aguacero
torrencial a lo "Tormenta Perfecta", gracias al Señor sin viento, así que una hora y media después yo
aún estaba en la parada de autobuses, son techo ni asientos, con los zapatos
llenos de agua fría y los pantalones de mezclilla empapados hasta la rodilla,
lo más aconsejable para los alérgicos y asmáticos (creo que en el Olimpo todos se
retiran a sus aposentos en días de lluvia torrencial, excepto Zeus que rondaba
por los alrededores). El bus seguía sin pasar, el aguacero arreciaba y el dolor
de cabeza que había desaparecido volvía al ataque junto con la nariz llorosa
cuando, de pronto, por clemencia divina, me percaté que a lo lejos venía un
bus…….. en dirección contraria a los
medicamentos (pequeñísimo detalle) pero en la dirección exacta para retornar a
casa a meterme en cama; como pueden imaginarse, decidí no seguir pasando frio
para escapar a un “gripe asmática” en la medida de lo posible; como les dije,
50 años de padecer de lo mismo ya uno tiene suficiente experiencia y suficiente
cerebro para saber las consecuencia de lo que se vive, aunque algunas personas
estén convencidas de que no es así.
En fin, el día fue interesante, ya
tengo dolor de garganta que pienso combatir con el remedio de mi abuela: leche
caliente con un buen chorro de buen ron y un buen chorro de buena miel para
introducirme entre las cobijas, abrigada hasta la coronilla para pasar un calor
apropiado para que mañana me sienta como nueva al mismo tiempo que toreo la
gripe como si fuese “La Cordobesa”.
Por cierto, para quienes no lo
saben, lo peor de la gripe lo sufre el engripado…… ¡no, no se rían!, hay muchos
seres vivos que piensan que uno vacila con semejante malestar, como si el dolor
de cuerpo, la mucosidad invadiendo las fosas nasales y los bronquios, el dolor
de espalda y pecho por el esfuerzo requerido para que el aire entre en los
pulmones, la presión en el rostro y el cráneo y demás detalles no apetecibles
fueran divertidos, deseados o una mezcla de ambas cosas…. Jajajajajajajajajajaja.
Por si fuera poco, mi dulce sangre española, heredada de mis dos padres, mis abuelos y demás antecesores unida a mi educación venezolana, hierve
cuando me siento mal, detesto sentirme enferma y pasar el día en cama, “aunque
usted, no lo crea” como decía Ripley.
Cómo les había amenazado con un
análisis, cumpliré mi amenaza:
-
Alergia sin pasar por el seguro social: Un día de
reposo en cama, inversión de 1000 pesos en dos pastillas, cero inversión en
transporte público, cero riesgo de contraer gripe, cero filas, cero espera.
VERSUS
-
Alergia pasando por el seguro social: Dos días de “incapacidad”
el primero de los cuales se pasa haciendo diligencias (en el peor momento de
una crisis alérgica), inversión de 990 colones en transporte público hoy +
otros 990 colones de transporte público mañana, mojada inevitable bajo la
lluvia esperando el bus hoy (no sabemos mañana), 1000 colones en las dos
pastilla de la alergia que debo comprar a falta de los medicamentos del seguro,
oraciones al santísimo y demás seres protectores para que no me de una gripe
asmática que me mantenga en cama con viajes al hospital para nebulizaciones.
En resumen, a mi, en mi total ignorancia de la economía empresarial mundial, me sale mejor el primer caso particularmente porque soy la enferma, la que sufre los dolores, la falta de aire, la picazón en toda la cara, etc etc etc….. pero al patrono le sale mucho mejor que a mi, solo falto un día al trabajo medicándome con lo mismo que ya me he medicado por 10 años y que se que me resulta excelente en un día, mientras que con el segundo caso, son mínimo dos días “incapacitada” y si me da fiebre tengo que comenzar el periplo nuevamente para que me declaren “incapacitada” por más tiempo (órdenes del doctor).
Conclusión:
MI NO COMPRENDE
Realmente creo que el seguro social
es una de las cosas menos sociales del planeta, creo que debe ser igual en
todas partes, hablo de latino américa que es lo que medio conozco, por lo que
escucho, por lo que comparte la gente que ha tenido que usar seguro social toda
su vida, no importa el país de procedencia ni el de residencia. Yo considero
que por muy mal que yo me sentía, estaba mejor que una señora de 80 años con
artritis en época de invierno; o un niño con dengue, mejor que cualquier humano
con dolor, con fiebre, con enfermedad y aún así es ENFERMANTE; filas, paseos,
informaciones erróneas, esperas y de nuevo: YO tenía a los Dioses de mi lado la
mayor parte del tiempo, así que me fue super bien en esta vivencia de hoy,
¡THANK YOU LORD!, obtuve una cita cuando todos aseguraron que era imposible, me
atendieron en diez minutos cosa que también parecía imposible, la mayoría de
las personas con las que me topé fueron educadas y amables, en resumen, por
todas estas cosas debo dar gracias.
No me queda más que enfrentar el
siguiente inevitable reto: pasar el resto del día de hoy y todo el día de
mañana metida en la cama (EXCEPTO POR EL PASEO A BUSCAR MEDICAMENTOS), eso ¡si
va a ser una buena lucha!, detesto pasar el día en cama.
En fin, una vivencia más para
comentar y recordar…. Nos vemos en la próxima.
(Nota: imágenes de Word - imágenes predefinidas)