En la noche

BIENVENIDOS A MI BLOG

Como pueden imaginarse, este blog es una extensión de lo que soy, asi que habrá risas a montones, momentos de reflexión, aportes, cuentos sobre todas mis vivencias, pasadas - presentes y espero que las futuras que se hagan presentes, jajajajajaja, esto del tiempo es muy relativo !.

Espero que les guste, que les ayude y que se animen a participar, hagan comentarios o escríbanme a mi dirección de correo (HgVivencias@gmail.com), para intercambiar ideas, hacer preguntas, para que sigamos creciendo como personas, como parte de todo este maravilloso universo.

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!BIENVENIDOS TODOS!.


jueves, 24 de enero de 2013

Vivencias con el odontologo


Nuevamente mis experiencias y yo expresándonos por medio del blog, ¿qué puedo decir?.

Mi día comenzó con el estrés característico de saber que tenía una cita en el odontólogo, me iban a curar una “calza” “caries” o como quieran llamar a este espantoso mal; realmente no la iban a curar porque ya hace un mes la curaron, pero como medio de prevenir, entre otros, mi odontólogo me colocó una pasta blanca temporal para asegurarse de que todo iba a estar bien antes de cerrar permanentemente la muela.

Bueno, me armé de paciencia… ¡y de valor!…. y me levante animándome a mi misma para vencer el reto de sentarme en la silla de los tormentos y terminar con este tratamiento. No puedo evitar recordar que desde niña el odontólogo y yo nos hemos visto con mucha frecuencia, a pesar de todos mis esfuerzos mis dientes no son en absoluto agradecidos y permanentemente me han dado problemas. Aunque con el paso del tiempo los problemas han ido cambiando, continúan siendo un fastidioso dolor de cabeza.

Bien, llegue a la consulta y mi simpático doctor me recibe como siempre con una amplia sonrisa y un saludo amable lo que me hace bajar la guardia ante lo que estar por venir, jajajajajajaja…… mientras me distrae con la sonrisa, me sienta en la silla de las torturas y yo, inocentemente me reclino allí entregándome sin chistar.

Entonces comienzan las típicas ordenes de abre la boca, abre más y mientras tengo mi boca bien abierta comienzan las preguntas y las respuestas dirigidas a distraer la atención del sufriente y cuyas respuestas  solo un odontólogo entrenado puede comprender, porque desde luego, hablar con la boca abierta mientras la lengua se encuentra amenazada por alguna herramienta extraña no es nada fácil…..  creo que mi odontólogo tienen un traductor muy eficiente, única forma de poder comprender exactamente lo que digo mientras él sigue observando mi cavidad bucal.  Cosas como “ien, jiji a la aya, i ejojo jeliz… y u e ijiste? Se traducen en “bien, fui a la playa, mi esposo feliz y tu qué hiciste?, para seguir con los  “o e uele…. O e olesta ada…. Ji ejo creo…. Ji ji ai ej…. Ejo uele ucho….” que se convierten en un no me duele, no me molesta nada, si eso creo, si si allí es, eso duele mucho…… jajajajaja, mágicamente él comprendió lo que dije y procede a plantearme las soluciones.

En fin, todo va bastante bien hasta que me informa que la solución tiene un costo de xxx.xxx,oo; COÑO!!!!, me tiro de la silla como si tuviera un cohete en la espalda y corro desenfrenadamente alrededor del consultorio con los pelos parados y un ataque de “cómo voy a pagar eso”, como si con ello pudiese escapar de la inversión que debo hacer en UNA muela para lograr seguir comiendo carne.

Mientras camino a casa voy pensando si el hecho de ser 100% carnívora obliga a mi odontologo a ofrecer soluciones de este tipo, esas soluciones que no me agradan pero a las que no puedo decir que no con miras a mantener mi dentadura en condiciones para poder comer lo que me gusta... o tal vez es el medio para obligar a un carnivoro a volverse vegetariano o algo similar. Debe ser algo así como cuando el médico general pregunta a qué te dedicas para luego continuar con un "si, ese dolor que siente es la deformación propia de los movimientos que hace en su profesión"... ¿ por qué en los famosos panfletos de carreras no incluyen un aparte que explique los daños musculares y oseos que sufrirá el profesional al dedicarse a semejante profesión?.
Bueno!, realmente no se si lo que me causa mayor pánica es el molesto sonido de las máquinas, el olor irritante de las gomas, desinfectantes, masillas y demás materiales reparadores, el dolor ante las agujas de anestesia, las perforaciones de esmalte, etc etc, o el dolor de mi bolsillo ante el inevitable elevado pago que tengo que hacer. En fin, dicen que la belleza duele, pero realmente, creo que duele más la afición a la carne.

Voy a seguir acumulando vivencias,…. Nos vemos en la próxima.

 Hg enero 24, 2013

 

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