https://www.youtube.com/watch?v=EM51Hk56fFA
He visto este video unas cuantas veces, en todas ellas me
quedo pensando, meditando realmente.
La primera vez que lo vi, estaba concentrada en lo hermoso
de las formas, de esa conjunción de cuerpos, música, técnica, voz … pero el
mensaje es poderoso y cautivante. Debo confesar que me enganché y tuve que
verlo más veces, con cada repaso la percepción se afina, se generan miles de
pensamientos, recuerdos, sentimientos; es la energía que fluye y piensas en la
importancia de confiar, del valor que la confianza tiene en nuestras vidas, en
cualquier ámbito en el que nos movamos, realmente nuestra vida está por pedazos
en manos de otros muchos seres que nos rodean, aquellos seres que el universo
pone en nuestro camino, con los que de una u otra forma nos relacionarnos consciente
o inconscientemente.
Este entregar un pedacito nuestro sin importar que tan
grande o pequeño sea, nos mantendrá en tensión si decidimos analizar, como dice
el video, todas las señales de quien lo recibe, si permitimos que el miedo a la
decepción nos domine. Esperamos demasiado de quienes nos rodean en lugar de
entregarnos plenamente, hay que dejar ir lo que tiene que irse.
En la medida en que confias, en la que dejas de evaluar a los
demás y dejas de analizar cada pequeña señal puedes emplear la energía en disfrutar
de ti mismo y de quienes te rodean.
Este imaginar lo que piensa el otro, según mi opinión, dependerá
exclusivamente de lo que hay dentro de nosotros mismos, el poner sentimientos y
palabras en otro ser solo es un reflejo de nosotros mismos, de nuestra
incapacidad de disfrutar de los demás tal cual son, de nuestra falta de
confianza en el otro y en nosotros.
La decisión de dejar el miedo a ser decepcionada es
constante, diaria diría yo. Implica el dejar ir, el darle la justa dimensión al
ego, a la necesidad de competir, a la necesidad de ser entendida con y por
otros para darle paso al autoconocimiento, la aceptación de lo que somos como
individuos y la felicidad de abrirnos a todo lo desconocido que hay fuera de
nuestro propio ser. Primero aprendemos a confiar en nosotros mismos para luego,
poder comenzar a confiar en lo que está fuera de nosotros, un trabajo constante
que dura toda la vida. Una vivencias para disfrutar.
De nada sirve prepararnos para la decepción, no podemos
evitar generarla y ser objeto de ella, somos muchos y muy diferentes unos de
otros, es lo maravilloso del universo, solo nos queda confiar en nosotros
mismos y en quienes entran a formar parte de nuestro círculo porque así lo
hemos decidido de una u otra forma.
Confiar relajadamente dejando ir una decepción en las
ocasiones que esta aparece es parte de las vivencias que nos hacen crecer
positivamente.
Hg
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