Este relato comienza como aquellos de los cuentos... "Había una vez, un verano maravilloso y una princesa tímida ".
Así es, era el año de 1974 y yo iba a iniciar un viaje SOLA; claro que llegaba a casa de la familia de mamá (la única familia en la que mamá confía), jajajajaja, pero ..... SIN MAMA !.
Muy pocas veces había podido disfrutar de algo de independencia así que me era prácticamente imposible creer que mamá me dejaba cruzar las aguas para pasar dos meses en el viejo continente.
Era Julio, así que aterricé en Madrid y pocos días después nos fuimos a "La Cabaña".
Por supuesto, mis tios que solo contaban con dos hijos varones, tenían la carga de lidiar con una quinceañera que estaba lejos del cascarón por primera vez. La ventaja con la que contaban mis tios era mi timidez y mi falta de costumbre a ser libre.
Mi tía era una mujer muy dulce, todo cariño pero bien entrenada en la crianza de varones y mi tio, con una presencia imponente, un corazón colosal y poco acostumbrado a tener una niña en casa.
El caso es que, en pleno verano, con las fiestas de Pozuelo y La Cabaña a pocas semanas, quedé a cargo de mi primo mayor, es decir, mayor que yo como tres años, jajajajaja.... (El pobre, en sus plenos 18 más o menos, cargando con la primita timida de 15......).
Esta de más decirles que mis dos primos tenían sus grupos de amigos respectivamente, grupos de "los mayores", así que en cuanto yo intercambie, empujada por mi guardían, unas pocas palabras con algunos del grupo de "los pequeños", mis primos y yo continuamos el verano cada quien a su aire.... jajajajaja.
Saliamos de casa juntos e intentabamos llegar juntos, aunque como verán a continuación, eso no siempre fue posible. Aunque era muy cómico ya que el grupo de los mayores y el de los pequeños compartían el mismo lugar físico la mayoría de las veces.
Una noche, en las fiestas de La Cabaña, por supuesto había baile y demás, así que mi primo mayor, a quien le habían endilgado la responsabilidad de cuidarme, me dijo "salimos juntos y nos volvemos a encontrar en la puerta a las 12 de la noche y entramos juntos". Realmente yo sólo seguía ordenes sin mucho que opinar, me imagino que la costumbre de escuchar a mamá.... pero dentro de mi pensaba que yo estaría sentada afuera de la puerta del jardín mucho pero mucho antes de las 12, sola en la mitad de la noche estrellada, esperando al buenmozo que giro la orden y a su hermano menor que parecía obedecer al igual que yo.
OHH!!!! qué recuerdos, los dos hermanos son tan diferentes.... tan especiales en su estilo... qué ganas de verlos, de sentarme a conversar con ellos después de tantas vivencias.
Bueno, la noche me sorprendió, bailé y bailé y conversé y conversé y lo estaba pasando buenísimo con todo mi grupo que por supuesto estaba bien entusiasmado con "La Motilona" como me llamaban. En fin, tan bien lo estaba pasando, que no me percaté que las chicas "buenas" estaban regresando a su casas.
Recuerden que vivo perdida en el espacio así que no me había parado ni un segundo a pensar que ya no había chicas en nuestro círculo, yo seguía feliz hablando, escuchando música e identificando estrellas en aquel maravilloso cielo español.
Luego, los chicos que eran un grupo como de doce y yo, fuimos a caminar dando vueltas para acompañar a los que querían irse a casa, yo a todas estas, juraba que eran mucho menos de las 12. Así fuimos dejando muchachos en sus casas hasta que me llegó el turno a mi. Me dejaron en la puerta del jardín y siguieron su camino a la siguiente casa. Por supuesto me quedé allí mirando como todos desaparecían en el horizonte y luego comencé a hacer payasadas esperando a mi primo.
Espera.... espera..... espera.... y de pronto se abrío la puerta de la casa y escuché la voz gutural del tio "Helena, ya llegaste?!". Yo solo podía pensar en "tragame tierra" mientras me preguntaba que le iba a decir ante la ausencia de mi primo, de mi guardían.. El tio caminó hacia mi, abrió la puerta mientras yo balbuceaba un..... "Freddy ya viene, me dijo que esperara aquí un momento mientras..." antes de que tuviera ocasión de terminar con aquella pequeña mentirijilla, escuche lo que para mi fueron...... ni siquiera se cómo definir las palabras.... mi tio dijo con una voz que retumbaba... "tu primo está en la cama desde la 1 de la mañana, se cansó de esperarte y no sabía donde buscarte".
No se rian pero lo único que atine a preguntar fue la hora y así me enteré de que a pesar de haber quedado a las doce yo me había aparecido a las cinco.
Me moría de pena..... !!!!!.
Por supuesto, a mi no me dijeron nada pero mamá nunca más quiso enviarme de vacaciones a casa del tio... y me imagino que en el pueblo mi reputación quedó dañada para siempre !...Así es, era el año de 1974 y yo iba a iniciar un viaje SOLA; claro que llegaba a casa de la familia de mamá (la única familia en la que mamá confía), jajajajaja, pero ..... SIN MAMA !.
Muy pocas veces había podido disfrutar de algo de independencia así que me era prácticamente imposible creer que mamá me dejaba cruzar las aguas para pasar dos meses en el viejo continente.
Era Julio, así que aterricé en Madrid y pocos días después nos fuimos a "La Cabaña".
Por supuesto, mis tios que solo contaban con dos hijos varones, tenían la carga de lidiar con una quinceañera que estaba lejos del cascarón por primera vez. La ventaja con la que contaban mis tios era mi timidez y mi falta de costumbre a ser libre.
Mi tía era una mujer muy dulce, todo cariño pero bien entrenada en la crianza de varones y mi tio, con una presencia imponente, un corazón colosal y poco acostumbrado a tener una niña en casa.
El caso es que, en pleno verano, con las fiestas de Pozuelo y La Cabaña a pocas semanas, quedé a cargo de mi primo mayor, es decir, mayor que yo como tres años, jajajajaja.... (El pobre, en sus plenos 18 más o menos, cargando con la primita timida de 15......).
Esta de más decirles que mis dos primos tenían sus grupos de amigos respectivamente, grupos de "los mayores", así que en cuanto yo intercambie, empujada por mi guardían, unas pocas palabras con algunos del grupo de "los pequeños", mis primos y yo continuamos el verano cada quien a su aire.... jajajajaja.
Saliamos de casa juntos e intentabamos llegar juntos, aunque como verán a continuación, eso no siempre fue posible. Aunque era muy cómico ya que el grupo de los mayores y el de los pequeños compartían el mismo lugar físico la mayoría de las veces.
Una noche, en las fiestas de La Cabaña, por supuesto había baile y demás, así que mi primo mayor, a quien le habían endilgado la responsabilidad de cuidarme, me dijo "salimos juntos y nos volvemos a encontrar en la puerta a las 12 de la noche y entramos juntos". Realmente yo sólo seguía ordenes sin mucho que opinar, me imagino que la costumbre de escuchar a mamá.... pero dentro de mi pensaba que yo estaría sentada afuera de la puerta del jardín mucho pero mucho antes de las 12, sola en la mitad de la noche estrellada, esperando al buenmozo que giro la orden y a su hermano menor que parecía obedecer al igual que yo.
OHH!!!! qué recuerdos, los dos hermanos son tan diferentes.... tan especiales en su estilo... qué ganas de verlos, de sentarme a conversar con ellos después de tantas vivencias.
Bueno, la noche me sorprendió, bailé y bailé y conversé y conversé y lo estaba pasando buenísimo con todo mi grupo que por supuesto estaba bien entusiasmado con "La Motilona" como me llamaban. En fin, tan bien lo estaba pasando, que no me percaté que las chicas "buenas" estaban regresando a su casas.
Recuerden que vivo perdida en el espacio así que no me había parado ni un segundo a pensar que ya no había chicas en nuestro círculo, yo seguía feliz hablando, escuchando música e identificando estrellas en aquel maravilloso cielo español.
Luego, los chicos que eran un grupo como de doce y yo, fuimos a caminar dando vueltas para acompañar a los que querían irse a casa, yo a todas estas, juraba que eran mucho menos de las 12. Así fuimos dejando muchachos en sus casas hasta que me llegó el turno a mi. Me dejaron en la puerta del jardín y siguieron su camino a la siguiente casa. Por supuesto me quedé allí mirando como todos desaparecían en el horizonte y luego comencé a hacer payasadas esperando a mi primo.
Espera.... espera..... espera.... y de pronto se abrío la puerta de la casa y escuché la voz gutural del tio "Helena, ya llegaste?!". Yo solo podía pensar en "tragame tierra" mientras me preguntaba que le iba a decir ante la ausencia de mi primo, de mi guardían.. El tio caminó hacia mi, abrió la puerta mientras yo balbuceaba un..... "Freddy ya viene, me dijo que esperara aquí un momento mientras..." antes de que tuviera ocasión de terminar con aquella pequeña mentirijilla, escuche lo que para mi fueron...... ni siquiera se cómo definir las palabras.... mi tio dijo con una voz que retumbaba... "tu primo está en la cama desde la 1 de la mañana, se cansó de esperarte y no sabía donde buscarte".
No se rian pero lo único que atine a preguntar fue la hora y así me enteré de que a pesar de haber quedado a las doce yo me había aparecido a las cinco.
Me moría de pena..... !!!!!.
Nunca he sido buena en eso de interpretar el lenguaje tácito y en aquel momento no comprendía cómo las cosas inocentes y maravillosas que vivo podían ser mal interpretadas por otros, jajajajajajajaja... en fin, este verano lo llevo en el alma, todo lo que aprendi compartiendo, los amigos y amigas siguen en mi mente (ojala pudiera contactarlos nuevamente), los paseos en moto, las comidas en el campo, los bailes, las hermosas noches identificando estrellas, los recorridos en bicicleta, el sol....
UNA MARAVILLOSA VIVENCIA, UNA AVENTURA INOLVIDABLE !
Hg / 20 de mayo 2010
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