Esta pieza es una de mis favoritas, la piedra que la adorna es una amazonita en forma de lágrima, con un hermoso color verde, cambiante. Debo confesar que esta piedra la busqué por algún tiempo, había visto un pedazo de amazonita al natural trabajada por una amiga mía, montada en forma espectacular en un dije hermoso y me quedé con ganas de trabajarla, pues ya sea pulido o al natural, me llama poderosamente la atención, por su textura, por sus colores, es simplemente hermosa.
Bueno, al fin, esta pequeña piedra llegó a mis manos y en ese momento me senté y dije: "Bien!, y ahora qué hago ???, jajajajajajaja, pedimos algo que queremos y cuando llega, puf!... nos da una sorpresa y no sabemos exactamente qué hacer con ello. Por supuesto lo primero que hice fue mirarla y mirarla, descubriendo su color, sus detalles, deseando que todos apreciaran la piedra por el frente por detrás, cada lado tiene su color particular, su mensaje único. De pronto, apareció la idea de cómo montarla y hacerla lucir, cómo hacer que se viera toda la piedra.!.
Obviamente, la placa que sostuviera la piedra debería estar en movimiento, como muchas de mis obras, así que ya había decidido curvar y texturizar, para romper la monotonía. Esta pieza necesitaba el movimiento cambiante, ese movimiento que genera evolución, que representa el cambio a lo largo de la vida en la que debemos variar, modificarnos a nosotros mismos, pasar por todo nuestro camino adaptándonos a lo que se nos presenta para poder desarrollarnos como individuos que conforman una interesante colectividad, cada vez más global.
Luego, ante mi resistencia a asentar esta hermosura sobre una chapa de plata, 
pensé que sería interesante hacerla flotar, lo más libremente posible, y así nace la idea del bisel y los hilos para sujetarla y verla libre por todos los lados.
pensé que sería interesante hacerla flotar, lo más libremente posible, y así nace la idea del bisel y los hilos para sujetarla y verla libre por todos los lados.Al verla terminada me sentí realmente satisfecha, además de haber superado los retos de soldar sin derretir nada, la pieza es hermosa, logré lo que buscaba, sostener la piedra lo más libremente posible.
Espero que les guste.
Hg / 12 de abril de 2010
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