Hoy quiero comentarles sobre una de las últimas piezas que cree. Esta pieza está elaborada con plata 925 y adornada con una pieza de vitrofusion de color rojo. En este caso, no puedo decir que yo encontré esta pieza de vitrofusión, más bien ella me encontró a mí. Debo decir que fue un encuentro nada planificado, ya que ella me encontró al ser el producto de un regalo inesperado.
No puedo negar que los productos de la vitrofusión me llaman mucho la atención, este arte de mezclar polvitos y obtener una pieza con esos colores y esas formas, me atraé. En fin, al ver este hermoso trozo de vitrofusión, con su color rojo vivo, simplemente me conecté, la pieza me encantó. Qué hermoso se ve!, qué hermosos los cambios cuando uno lo mueve a la luz!. Que maravillosa capacidad para dejase acariciar por un rayo de luz, que hermoso refleja su esencia a su alrededor.
Además, el tono del rojo…… es un rojo fuego, lleno de pasión que se proyecta hacia todas partes sin importar cómo movamos la pieza, ella se refleja siempre con pasión. Esto me hace pensar que así deberíamos hacer todas las cosas, nada se iguala a los resultados que logramos cuando involucramos a la pasión en nuestros actos. El color y los reflejos me cautivaron tanto, que hasta el diseño del bisel está pensado para respetar la idea de darle libertad a la luz, para que acaricie la pieza por todas partes.
Demás está decir, que la construcción del dije, al igual que la del bisel, se basa precisamente en la necesidad de respetar y aprovechar al máximo esa capacidad del vidrio y mantener la evocación del movimiento al darle las curvas a la plancha de plata.
Lo que esta pieza me hacer recordar, es cómo podemos tomar lo que nos viene del exterior y hacerlo crecer positivamente dentro de nosotros, reflejando lo mejor de nosotros mismos. El ser humano es tan increíble y lamentablemente pasamos demasiado tiempo resaltando lo menos agradable, en vez de concentrarnos en reforzar lo hermoso en cada uno de nosotros y en los demás.
Demás está decir, que la construcción del dije, al igual que la del bisel, se basa precisamente en la necesidad de respetar y aprovechar al máximo esa capacidad del vidrio y mantener la evocación del movimiento al darle las curvas a la plancha de plata.
Lo que esta pieza me hacer recordar, es cómo podemos tomar lo que nos viene del exterior y hacerlo crecer positivamente dentro de nosotros, reflejando lo mejor de nosotros mismos. El ser humano es tan increíble y lamentablemente pasamos demasiado tiempo resaltando lo menos agradable, en vez de concentrarnos en reforzar lo hermoso en cada uno de nosotros y en los demás.
Esa si que es una buena aventura, enfocarse en lo positivo !
Hg, Marzo 20, 2010
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