La importancia de nuestros padres !

En esta tarde de jueves, con este calor insoportable, me encuentro recostada en mi sofa y al encender el televisor están transmitiendo "Mentiroso, mentiroso", justo cuando Jim Carrey aplaza el jugar con su hijo, por emplear lo que debía de ser SU tiempo libre en hacer más trabajo para la oficina.

Como ya he visto la película varias veces, ya me se lo que viene y por supuesto me alegra mucho cuando el padre se da cuenta de lo importante que él es para su hijo y cómo sus actos le afectan.

En fin, no se porqué razón eso me transportó en un segundo a unos cuantos años atrás, a aquella maravillosa época en la que pasaba buena parte de mi tiempo infantil en el Club Puerto Azul, rodeada de la familia y los amigos. Me transporté directamente a un hermoso domingo cuando el Club realizaba una competencia de natación en la piscina olímpica y mi amiga Luz Marina, que entrenaba para competir, me convenció a mi, que sólo nadaba por placer, para participar en la competencia.

En fin, me convenció! y en un momento me ví lista a comenzar una competencia ruda, en 50 metros libre, en la que el resto de las competidoras ya tenia experiencia en estas lides mientras yo, solo me había concentrado en tener una brazada impecable, en la que mi brazo casí tocará el agua y la patada fuera rítmica.

Debo decir claramente que no había competido nunca, que nunca había pensado en competir y que mis clases de natación se realizaban en una piscina de 20 metros, no en 50, jajajajaja.

A pesar de todo esto y de las cientos de personas que observaban, allí estaba yo, con mi mejor disposición de participar y soñando con un posible y digno tercer lugar, jajajajajajaja.

Sonó el pito, me lance al agua y comencé a dar brazadas lo mejor que pude, gracias a Dios que siempre está pendiente de mi, me tocó el primer carril así que al respirar sólo veía la pared y a un gentío que gritaba cosas que yo no lograba entender por estar muy concentrada en nadar y seguir con vida.

Efectivamente, cuando llegué a lo que debían ser los 25 metros yo ya me sentía acabada, cómo es que aquella piscina en la que había pasado maravillosos momentos divirtiendome con mi papá en las hermosas noches del trópico, estaba a punto de hacerme sucumbir.

Demás está decirles que mi concentración se desvió de las brazadas a los pulmones, estaba tan cansada que nisiquiera podía sacar la boca del agua para respirar, en esos últimos metros me debo haber tragado muchos, muchos galones de agua de piscina mientras escuchaba gritos de alegría y felicitaciones para los que habían llegado a la orilla final hacía años luz.

Por supuesto ya tenía claro que el tercer, cuarto o quinto lugar no eran para mi, sin embargo mis genes no me permitían nisiquiera pensar en rendirmer, así que lo que parecieron siglos después, llegué a tocar la pared con la absoluta seguridad de que me quedaría a dormir dentro de la piscina, pues de verdad no tenía fuerzas para deslizarme por la pared hasta la escalera.

POR FAVOR !!!!!!!!!!, aquellos cincuenta metros se multiplicaron como los peces y los panes en la parábola biblíca.

En fin, no puedo contar lo que sentí cuando mi mano tocó la pared, tomé aire y mire hacia arriba, esperando que nadie me estuviera viendo, pero ......................NO LO VAN A CREER !!!!, no solo había alguien viéndome, sino que me tomó del brazo y me sacó de la piscina, me tomó en sus brazos y me apretó con fuerza mientras me decía con su voz fuerte y profunda "FELICIDADES HIJA MIA".....

Jajajajajaja.. PAPA ESTABA ALLI !!!!, y además, me estaba felicitando.

Recuerdo que a pesar del cansancio y el asombro de verlo allí, cuando se suponía que estaba en otro sitio, conseguí fuerzas para preguntarle por qué me felicitaba, si había llegado de última y por unos cuantos años luz.

Papá me cargó pues yo no tenía fuerzas para nada y me respondió "Tuviste la valentía de competir y no rendirte, llegaste hasta la meta y estoy orgulloso de ti".

Puedo asegurarles que no hay nada mejor en el mundo, que escuchar estas palabras, especialmente si quien las dice es nuestro más grande ídolo.

Por supuesto, lo que sentí en ese momento aún me acompaña y esas palabras resuenan en mi cabeza y mi corazón en cada una de las circunstancias en las que he estado en desventaja, en las que me he sentido pequeña; me han alentado para continuar en la batalla, a avanzar en la vida disfruntando de aciertos y errores, con el placer de transcurrir por esta aventura que es vivir.

QUE BUENO ES VIVIR !!!!

Hg, 25 de marzo de 2010